Gaviota, dile…
Dile al unicornio de la palabra, que era ceniza
Y el humo de su boca lo compre. Algo de vida, vida.
Dile, que en su resurrección no hubo principio ni fin,
más el sentimiento inadecuado…
como casi siempre ,también acaba, acaba…
Dile ,que nada es para siempre, es verdad.
Pero que siempre tuve el alma abierta a tanta nada…
Dile que desde que mato el primer deseo
la belleza como el fuego se apago,se apagaba.
Dile al taciturno de neón que sus noches de desvelos
Yo,lo cuidaba,los cuidaba,la cuidaba…
Y fue mi techo un cielo,a veces lleno,otras vacio
de lunas,de ángeles ,de aves y de astronautas…
Dile…Gracias por todo.
Dile…Gracias por nada…
Antonia Ceada Acevedo ©