Aun recuerdo a mi abuelo,
Hombre recio, de pocas palabras,
Hombre estricto como pocos
Su voluntad era ley.
Aun recuerdo verlo salir
Corriendo tras mi tío, el más joven,
Porque tarde llego de la fiesta
Había que castigarlo.
Mi padre es como él,
Estricto, serio, un mandamás,
Solo se hace lo que él dice
O mejor dicho, se hacía.
No demostraba cariño,
Para él, eso era debilidad,
“A mí lo que me interesa
Es que me obedezcan”- decía.
Yo llegue a tenerle miedo,
Miedo a sus gritos, a sus golpes,
No escuchaba explicaciones
Solo importaba, que no lo obedeciste.
Hoy mi padre ha cambiado,
No es el mismo de antes,
Ya no grita, no reclama,
Ya no tiene fuerza para ello.
Hoy su mirada es lejana,
Su caminar pausado,
Son pocas sus palabras
La enfermedad lo ha mermado.
Hoy extraño sus gritos, sus regaños,
Como quisiera escucharlos,
Por lo menos indicaban
Que él seguía luchando.
Dios mío, otra vez me haces sufrir,
No te conformaste con mi madre,
Hoy tientas a mi padre,
Porque Dios, te lo quieres llevar.
Hoy mi padre ya está viejo,
Ha perdido voluntad,
Ha perdido su fuerza, su carácter,
Ya no nos puede gritar.
De niño le temía, le huía,
Me asustaba solo al verlo,
Hoy quisiera que por lo menos
Un “no lo hagas”, me dijera.
Mi padre no me demostró cariño,
No recuerdo un “te quiero” de sus labios
Pero yo amo a ese viejo........
Y no quiero perderlo.