HERMINSON YULE RIASCOS

EL GALLO

Acaba de cantar el gallo

y nadie abandonó el catre,

entre más gritó, menos se le oyó

y ronco, en medio de su misma algarabía

dejó de joder.

crispóseme el cerebro y toqué

aquesa piel canela que me domina

 y un oh, oh... brotó de la oscurera.

Un abrazo me arropó, y el pensamiento

ideó cosas muchas que el cuerpo

respondió con fulgor.

Uníme a ella con exquisitez de ennoviado

y tacté la tibieza hecha realidad.

Y fuí huracán bravío

que guardo en lo profundo de su ser

mi semilla que no ha de germinar.

Aquella candente lava dejome

con ánsias de volver al sueño.

!Sólo espero encontrar el zapato

con el que gradué

el despertador del gallo!.