Lo prefiero así… tú corriendo tras tus sueños fantasmales. Yo sobreviviendo tras las masas subterráneas que azotan mis veredas. Aunque reconozco que extraño, lo que no puede extrañarse; el canto de tu voz o la imagen de tu rostro esbozando una sonrisa…
Me vi… Habitada de tus ganas, de las palabras titilantes como estrellas… Recorriendo, senderos y arriesgando el acopio de mis horas. Más encalló mi barca en orillas rocosas y azoto los recuerdos poco vívidos de ti…
Me dejaste así, en soledad absoluta, en el mutismo dilapidando las letras de una carta… Un saludo roto, un sueño que se desvanece tras los días que avanzan, enclaustrados dentro, de una lápida de cristal…
Lo prefiero así… Aprendiendo a amarlo, a conocerlo y dejarte partir…
Porque… pasé por tiempos buscando respuestas… que nunca me dirás…
Más comprendo que es más fácil comprender lo que jamás se ha comprendido, a entender porque te vas de mi… Porque sé, que no se puede compartir lo que nunca se ha compartido… O ver las huellas que nunca dejaste en mi piel… No hubo “te amos” que extrañar… Porque en tu huida, te llevaste la ilusión de ti…
No hubieron horas, “amor” que fueron nuestras, ni sueños compartidos entre dos… Los tuyos fueron y serán solo tuyos… los míos siempre serán solo… míos. Y al final del tiempo transcurrido en este escaparate, nos encontramos frente al destiempo de un queriendo y yo dudando… luego… yo queriendo y tu buscando… y ahora… yo extrañándote pero queriendo estar con él… y tu viviendo del amor y a la vez el desamor….
Porque nunca fuimos dos…. Nunca… un solo pensamiento… Solo dos cuerpos… dos corazones buscando con quién compartir la partitura de un latir… y al parir el sentimiento nos dimos cuenta en el transcurrir de las horas que entre una guerra de realidad todo se convirte en obsesión…
Porque nuestra historia solo fue ocaso inconcluso, alba entre tinieblas de inseguridad…. Sin comienzo y sin final omiso…
Lo prefiero así… tratando dejar todo… atrás… Así, como un día lo hiciste tú…