(Managua, 08 de septiembre de 1988, Bar El Acertijo)
Amanecer sin ti es ya una costumbre
a la que no he podido acostumbrarme.
-Aunque nunca amanecí contigo-
Sin embargo, que podría ser cierto pensaba...
Amanecer contigo.
Descanso mi alma vacía sobre la almohada
y todos mis secretos también
-Tengo suerte que las almohadas no hablan-
Aunque si ellas pudieran contarte...
las cosas que le cuento,
las cosas que siento
- y el amor que guardo dentro-
¡... Cómo un volcán sin estallar!
Si ellas pudieran gritarte,
si yo pudiera implorarte.
Mas no puedo
Y el amor amaneció sin ti.