Hace media noche lapidé sus ojos.
Me pidió el aliento y le tiré una piedra
me pidió una letra y le arrojé la furia
me pidió que le pidiera
y ni siquiera pidiendo le quise dar.
Hace media noche lapidé sus ojos.
Me perdí en la calle
me aplastó el cemento
me arremolinó el viento
me hizo mal la aurora
como si yo fuese tan solo una sombra
sin perfil, fantasma
que deambulaba.
Bajé hasta el silencio
me hundí en el agua de todas las miradas
y al fondo de las palabras
solo brillaron los techos
sin aleros blancos y no le dije nada
como si los ojos y las ventanas
o el azul después de llover
bastaran.
Hace media noche lapidé sus ojos.
Me miró con alma
me miró con mundo
me miró con agua y lapidé sus ojos.
No sé cuantas pedradas le di
que todo está muerto.
Incluso en la casa.