Nadando en las nubes
siguiendo el abismo
que dejó tu ausencia
me aferro a la suavidad
de abandonar esta realidad
Mi dirección es el viento
avanzo a caprichos
me comunico a bostezos
tomo lo que me llegue del sol
y lo revierto.
Primero fue el dolor
el crudo resentimiento,
supere el tú
pero aún no ordeno tu forma
que se apila grande
se tropieza con los miedos
se mezcla en una yaga llamada vida
no tengo sueño.
Descanso vago
bajo tierra y sin aliento
asesino el antojo
las esperanzas irrelevantes
como mariposas en una habitación sin tiempo
tan potenciales como inútiles
me resquebrajo en llamados inciertos.
No hay grito que me caiga
ni motivo que me precipite,
dejando como único testigo
al azul del cielo
y la claridad de la mañana
quizá sea solo eso necesario
para mantener el aliento.