Tienes gritos: en el alma, en tu Mirada, en tu voz
Tienes gritos en las manos, en tu cabello feroz
Son Almas de duendes fallecidos adrede
Son caricias marchitas en tu piel que al viento cede
Las voces calladas a la fuerza en tu ser
Reclaman mis besos perdidos del ayer
Balbucean las sobras de nuestro nido
Extrañan el fuego ¡Que no se ha extinguido!
Tus gritos le llegan a mi alma reprimida
Y erupcionan mi corazón; por ti: Inerte
Me tocan, me recuerdan tu fugaz partida
Y una vez, siempre: ¡me duele no tenerte!
Tal vez te extraña mi piel, mis brazos abandonados
Tal vez aun piense en ti; en tus ojos desplazados
Tal vez en mis sueños aun vives desnuda, ¡Tal vez Nunca te deje’!
¡Tal vez de tu alma nunca me mude’! mi alma soñando muda…