TE AMO, EN LA RABIA DESOLADA DE ESTE VERSO.
Y llovimos una vez más
en el horizonte azul de una utopía.
Tú,
en la espiral inefable de los sueños.
Yo,
en el limbo vedado de tus ojos negros.
Mis palabras fueron alondras de tu aurora,
ariete de tu libido
personificando sexos de bisutería
que sin embargo
devoran los olvidos.
Somos carne y volcán
y sangre y fuego
en el ansia de mi voz…
que muere
en el ámbito proscrito
de los sueños denegados
y los versos sin color.
Entonces…
el utópico poema,
es un río
en el iris salado de tu alma,
y en la rabia desolada … de este verso.