Así, como tú y yo sentimos
no hay posibilidad de olvido,
recuerdo todo lo que vivimos
y queda el aire en el cielo perdido.
Por el modo como nos miramos
con picardía y cierta inocencia,
no hay posibilidad aunque nos alejamos,
de que prive entre nosotros la ausencia.
Te encontré en mi niñez,
se cruzaron nuestras miradas ,
me enamoré de tu sencillez ,
quedé atada a tus baladas.
Sencillez que sólo se tiene a esa edad,
baladas que desde mi alma salían,
no sabíamos entonces de soledad
ni lo que las gotas de lluvia al caer decían.
Me dejabas jugar con tu pelo,
hasta un beso pude darte,
tus manos recorrieron mi velo,
temblaron mis muslos y todo el arte.
No olvido jamás ese beso que me diste
y tus dedos enredados en mi cabello.
no estar juntos ahora tal vez sea triste,
pero que recordemos todo es bello.
Me perdí repitiendo tu nombre,
le pedí al cielo eternidad,
no quiero que dejes de ser mi hombre
ni yo la mujer que gane castidad.
Hay cosas que no están permitidas
y cosas que nuestra vida marcaron,
ya ves… yo no te olvido ni me olvidas,
en el cielo tu petición la escucharon.