Anoche dormía y sentí que…
revoloteaban gaviotas en mis entrañas;
Eran amores traídos del cielo
y abrazos soñados tantas veces…
Y me fui entre nubes de invierno
para no llorar ausencias,
era mañana y desperté y había
plumas de gaviota en mi cama...
como si el sueño -no hubiera sido sueño-
Y me volví a mi lecho abrazando
el beso que mis labios sintieron
pero el beso era frío:
No me dio calor
era sinsabor como muerto
y un suspiro que no dejaba
amor, -solo penas-
y lloré no sé cuántas horas
pero era un llanto diferente
como de niña
que ya no la quieren,
como de auroras sin ojos
que no me miran más,
son de mi vecino el mar
las olas son mi alma
mi alma, que se levanta sola
y se abraza…
porque ya no hay quien la abrace
pero ya no llora
se refugió en su pena
y se fue junto con la tuya…
la que te arranco de mi lado
la soledad y la muerte.
-Besos al cielo, de tu cielo eterno-
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe es el alma-
En soledad… para mi dulce ali
En la soledad del tiempo el pensar…
vuela,
vuela cual ave tras la presa.
Vivo encorvado
en la cárcel del cuerpo:
retazo de un tiempo venido.
Siento que no arde, que no quema.
Sólo mi pensamiento
amándonos a solas: éxtasis
orgásmico, hipostático.
(Vacío, soledad sin ti ali)
-no existe el amor, sí en el diccionario-
me arañan el adentro. –Pensándote mi ali-
Evaporado
soy pavesa por los aires llevado..
¿En qué lugar me pararé?
¿Será dentro de mí?
¿De otra existencia
que corre
por el espacio
de las estrellas siderales?
¿O vagabundo siempre errando?
Convierto el agua de mi pozo
en vino.
(Creyendo en los milagros
de tenernos amada ali)
sin realidades te lloro,
en mis soledades.
Me hago ilusión
de los sentidos
-no existo,
no vivo,
partícula invisible,
nihilismo puro del Yo
que anda
la senda,
jalonada por los pinetes
del Sino-.
-Mi soledad es sin ti dulce ali-
-Salvador 21-9-10-Granada-