Apareciste en mi vida sin que te buscara, te acercaste sigiloso con miedo a mi rechazo, mi alma solitaria sin planes definidos ni sueños de volver a amar, Solo era mi sombra y yo.
En ese momento abrumador no sabía que hacer ¿Rechazarte? quizás, más yo todavía con retazos del ayer le di paso a tu faz que con su luminosa luz arrobo mis pensamientos y todos mis sentidos, tu dulce mirada me extasió, envolviéndome con tu varonil manera que te define.
Llegaste como una palabra desconocida invadiendo todos mis actos, bañando mi cuerpo de nuevas fantasías, desestructurando mis pensamientos derribando la carcasa de mi alma.
Me pregunto si serás ese hombre que abrigara mis miedos, creado castillos de pasión y murallas impenetrables.
Apareciste cuando mi vida era un desazón, cuando el candil ya había cesado su mecha, llenándome de gozo rescatándome de lo iracundo llenándome de encuentros idílicos sumergiendo nuestras almas solo somos nosotros no importan los Demás.
Maigua.