Tú dices palabras que me hieren,
no porque realmente sean hirientes,
sino porque me las dices tú.
Yo pongo cara triste y de enfado,
porque aunque no esté enfadado
ni triste tengo que parecerlo.
No sé. Enfadado nunca, triste tal vez.
Con una sonrisa, una palabra o una mirada:
dónde está la tristeza ,
dónde se ha ido el enfado,
se borra como nube bajo sol de verano.
Cómo llamamos a esto:
juegos de seducción.
FÉLIX