juan maria

EL OSITO Y EL ESQUIMAL

Vivía en la costa del ártico

un simpático osito polar

que por ser muy perezoso

le resultaba muy costoso nadar.

 

Al contrario de los otros osos

tenia en vez del hocico negro

en la nariz una luz colorada

que siempre lo  delataba.

 

La mamá osa era muy meticulosa

y le cubría las manos

y las patas con piel de foca

para poderlas abrigar.

 

Es de recordar...

que en esas gélidas regiones

no se sabia

que gato con guantes no caza ratones.

 

Y la osa...

lo terminaba de acicalar

limando sus uñas

con piedra pómez del mar.

 

Por mimado, por perezoso

y por la luz colorada

en la nariz que lo delataba

cazar le resultaba dificultoso.

 

Y aunque perezoso pero buen mozo

no podia obtener el amor

de una osita blanca y muy coqueta

que se paseaba en una bicicleta

adornada con caracoles de colores

y con un pescadito de cola violeta.

 

Estaba flaco y debilitado

porque la mamá osa ya no cazaba

y no teniendo allí hamburguesas

...como de nadar ya no se acordaba

y porque era perezoso

no comia si no pescaba

este bonito oso.

 

Tenia el osito de vecino

a un esquimal chiquitito

y muy decidido

que se hizo su amigo.

El pequeño habitante del Ártico

de mirar muy vivo

le contó al oso perezoso

que también el tenia

un penar amoroso.

 

Vivía en un igloo de caracoles

este esquimal vivo y chiquito.

Un pez espada era su arpón.

El trineo estaba hecho

de helado de limón

y lo tiraban pulpos bailarines

con los tentáculos de calcetines.

 

Había una esquimal pequeñita

y muy orgullosa

le contó a su amigo el oso

con palabra y alma ansiosa.

 

Asimismo le prometió ayudarlo

para que pudiera obtener

una rica pesca deliciosa.

 

Muy comedido invito

a su nuevo amigo a cenar

con mantel de mantarrayas

en esa larga noche polar

una cazuela de mariscos

muy grata al paladar.

 

Los delfines del mar

amigos del esquimal

le enseñaron al oso a nadar

y asimismo

aprendió muy feliz a pescar.

 

Y como todo mal de amores

alguna vez termina en esta vida

se formaron dos romances

el uno de osos y el otro de esquimales

que fueron noticia en todos los mares.

 

Fue el oso el anfitrión

y se comieron en esa boda...ostras

camarones y huevos de esturión.

Y un pirata les trajo un tonel de ron

para aquella importante ocasión.

Y agasajaron a las dos parejitas

las mas bellas sirenitas.

 

En el igloo bailaron hasta muy tarde

los pequeños esquimales

y el oso y la osa

a la luz

de una anguila luminosa.

 

Colorin...colorado...

mucha tibieza se dieron

en ese polo tan helado.

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juan maria