No te vayas, has como las huellas en la arena que nunca se van, vuelven en los peces, en sus colores, en cada ruido de ola, en cada lluvia y sus presentimientos. No te vayas sí aún son sólidas las palabras, sí no hay que maltratar el techo con suerte de monedas, sí el horizonte mantiene la terquedad y sus gruesas líneas. No te vayas, sí aún el sueño no requiere que duermas y se multiplica en cada latir de tu corazón de lava y rosas. No te vayas, quédate como la palabra “definitiva” o la palabra “siempre” que jamás se van en el papel o en el viento, solo clavan sus banderas y se hacen imposibles de calcular. Pero sí tus palabras, tu horizonte o tu sueño te piden que te vayas ¡hazlo! que yo seré huella o bandera…
LRL
3-9-2013