5o.Reyes

RECUERDALA.

 

 

 

 

 

RECUERDALO.

                                                                 Roberto Reyes Cortés.   

5º.Reyes.

[email protected]

Tel. 9616106767

 

 

 

 

 

Si tu mirada se pierde

por ahí, por la calzada

y tu ojos ya no encuentran

 la figura bien-amada,

recuérdala

y sigue viendo el camino

que es el mismo

por donde ella caminaba.

 

Es ese viejo camino,

que se inicia entre las sombras,

y escondido por la niebla

se va bordeando el sendero.

 

El que repta por el monte

como cuentas de romero.

Debajo de hojas secas

que se guardan simplemente,

en un rincón de tu mente.

 

Es aquel pájaro herido

 que se perdió en la espesura

y que sufrió al alejarse

 porque partió

sin tu ayuda.

 

Es esa cierva del monte

que se ausentó como vino

 sin tener ninguna estrella

que iluminara su sino.

 

Es esa musa dorada

que se ha fundido

 en mi sueño,

 es la figura adorada

que te hace más pequeño.

 

Son esos ojos ardientes

 que se alejan sin su dueño

y que andan confundidos

 en la tarde de su muerte.

 

Es rosa roja del viento

que quemada se ha perdido,

en el verso que cantara

el poeta dolorido.

 

 

La mañana que amanece,

el clarear del horizonte,

 la centella que deslumbra,

 con el aire que se mece.

 

 

Recuérdala un poco ahora,

porque aunque

no puedas mirarla,

 estará siempre a tu lado,

como el río de las piedras

como del mar  las arenas,

porque se halla alojada

en tu triste pensamiento.

 

El

no se ha mudado de rumbo,

 ni se pierde en un segundo.

Encuéntralo que está gravado

en las parcelas del tiempo

 reposando en tus dos ojos

 y el confín del firmamento.

 

 

Recuérdala:

cuando sientas que la añoras

y le sueñas y deploras,

 sin pensar en otros tiempos

que no han de volver ya nunca

y que vagan por la vida

con la ventisca de fronda.

 

Recuérdala.

 Por si acaso se te olvida,

 si te busca, si te clama,

en el claro de este monte,

 que tus deseos inflama,

  cuando huelas su perfume

que es su amor,

 como una flama.

 

En fin,

recuérdala siempre,

cuando vengas muy cansada

 a bañarte con las aguas

 de la azul poza olvidada.

 

Esa poza de tu río

que matiza sus colores

 con aquel cielo nublado

 y que siempre ha querido

que te encuentres a su lado.

 

Ve recordándolo ahora

  cuando veas el camino

y no encuentres su figura,  

y aunque no escuches sus pasos

  por siempre estará contigo,

en aquel viento del norte

 que marchó por la calzada.

 

-----------------------------------------------