De mi nacieron lágrimas de tristeza, algo en mi coincidía con todas las palabras de Ámbar. Y fue ahí, en ese momento, que lo entendí. Supe que no podía seguir así, tenía que haber un cambio en mi personalidad. Aceptar lo oscuro para poder ser Luz. Existe una parte oscura en mi, allí residen mis malos tratos, mis sentimientos de odio, rencor. Nunca voy a poder brillar con mi luz interior si no los acepto tal y como son: reales. Saber que están ahí, y que a menos que ponga autoridad y los domine, tome las riendas, y entiendan que a mi vida la manejo yo, van a seguir actuando. Hacerme consciente de ese lado, aceptarme tal y como soy. Entonces comprendí que esa pelea era necesaria, que todo pasa por algo y que no siempre lo obscuro trae más obscuridad. A veces, aunque no parezca y no nos demos cuenta en el momento, de lo obscuro nace sabiduría, y de esa sabiduría nace el cambio. El cambio que todos necesitamos, porque todos tenemos una parte que quisieramos cambiar de nosotros.