Ignoro si lo sabes pero,
me acaricias sin tocarme,
me desnudas lentamente
con tus dedos,
entreabres mis labios y
mis ojos, mis pies cobran
alas cuando tú me llenas
con tu boca y no lo sabes,
¡tú me encuentras, siempre lo haces,
y yo ignoro si lo sabes!
Encontrarte no es casual,
la senda de tus manos inquieta mis cabellos,
el apenas suspiro de mi alma se torna breve y eterno
cuando murmuras mi nombre,
cuando el paisaje del amor que cabe en tus manos
juega a ser, y encontrarte,
al tiempo que miro el horizonte y tu mirada crea sueños.
Una fuerza nos une, ¿la sientes?,
¡como si se desgarrara la razón y todo se explicara en la pasión,
en el atreverse a sentir!,
el amor nuevo aparece cuando turbio, lo que otros llaman amor,
el amor nuevo es palabra vuelta alarido,
el amor que viene de tan hondo, desde antes del pecho,
el amor nuevo, esa sombra hecha luz
que temblando nos crea,
que cómplice nos comprende.
¡Tú me encuentras, siempre lo haces,
y yo ignoro si lo sabes!
y mi piel, encendida como las brasas,
lenta como una daga,
incansable como una durmiente ira,
mi piel, perdida en los espejos de la memoria
como si un lazo kármico nos dijera y nos dijera,
porque cuando me tocas sin tocarme me acaricias y me desnudas,
porque el viento le da curso a tu intemporal boca,
mientras la aurora asomada,
y el cántaro roto de tu interior se vierte.
No es normal sentirte así,
los silencios no son necesarios, entre nosotros no hay palabras,
nos invade lo blanco en racimos de piedras,
en maderos cuan fuente,
cuan río arriba estallamos,
somos dos almas que se potencian tú y yo,
un rumor de pies descalzos y hojas secas,
y mil colores,
y un medio llanto petrificado,
¡tú me encuentras, siempre lo haces,
y yo ignoro si lo sabes!
T de S
MRGC