Aun, soñando estoy,
aunque despierto me veo
no sueño, pues toco y creo
lo que he sido y lo que soy.
Pero no se,
¿Qué es lo que me agrado más de lo que hoy he visto y admirado?;
Realmente no lo sé;
Pues, nada me ha sorprendido
ya que todo lo tenía previsto.
Mas, si admirar hubiera algo en el mundo
seria la hermosura de la mujer que amo.
Ya que el poeta lo que a mayor estudio debe,
es lo que su a su vida rodea,
por ser un mundo breve;
mas lo que inspira mi poesía; es aquella mujer;
pues ha sido un breve cielo;
y mas beldad encierra ella,
que todo lo que me a mi vida rodea.
Pues, aquella mujer es…
El requiebro para mi poesía de cada día,
pero, ¿Quién eres realmente, mujer bella?,
que sin verte adoración te debo,
que por ti aquella estrella vive,
pues de tus rayos resplandor recibe.
Como fue en un día de abril
yo te vi entre comunes flores
donde su deidad era la rosa roja,
pero, para mi tu eras su emperatriz
por ser mas hermosa que cualquier rosa.
Pues, cómo si entre flores, entre estrellas,
días, signos, planetas, continentes, las más bellas cosas,
tú la de menos beldad,
habiendo sido por más bella y hermosa
sol, lucero, diamante, estrella y rosa.