Un día de otoño te perdí,
nebulosa estaba mi mente
cuando escuche tu adiós.
Trémulo fue el grito de tu nombre,
mas al oírme no volteaste
si no que presurosa huiste de mis abrazos,
corriste hacia otros mas valientes.
¡Maldito sea el destino!
A unos les da la osadía
de un Te Amo
y a otros el don
para el estribillo.
Ya primavera es
y aun sigo esperando...
El valor para soltar la pluma
y gritar TE AMO.