Pachi dadora de vida,
regálame una inmersión en tu amor.
Es que sos tan elevada,
que mi afecto hacia vos,
no tiene explicación.
Diosa de la vida y la resurrección,
anda, vuela, revierte tu curso.
Hazme sentir en mis venas,
la sangre de los volcanes.
Porque tú eres la vida,
y la muerte también.
Cuantas cosas más alla de tu dualidad,
les aguardan a los guerreros,
cuyo espíritu impecable,
te encuentra desnuda e insondable.
Dama celeste,
Espero poder cruzar tus ríos,
y llegar hasta tu orilla.
Pero si así no sucediese,
mi corazón seguirá ardiente,
pues no hay cosa más hermosa,
que vivir entre tus olas.
Sos la tierrita húmeda,
donde siembro mi semilla,
esperando que algún día,
tal vez,
de ella brote vida.