BryanGomez

Déjame, déjate...

No todo lo que se balancea
en este puente colgante de realidad
tiene vacíos de casualidad.

 

Déjame perderte, déjame perderme,
entre la incertidumbre,
déjame desgarrar mis ojos
al enemigo de nuestras almas.

 

Déjame ir así como te encontré,
déjame detener el tiempo
como en tu fotografía,
déjame volverte a ver.

 

Déjame perdonarte
por encontrarnos sin amenaza,
déjame ahogarme entre las filosas navajas
de lo improvisto e inerte.

 

Déjame una silla
en la mesa del comedor público,
déjame escribir esto mientras te observo caminar
 muy dentro de mis ojos.

 

Déjame recordar y olvidar
ese gesto, ese ignorar,
que nos planteamos con delirios de reproche.

 

Déjame te repito con el eco
de la colisión de nuestras telepáticas palabras
déjame fluir entre los inconcientes pedazos de multitud,

que nos ignoran en un critico suspiro.

 

Déjame volver a este ambiente
perfumado de personas
que no me mata
pero al dejarnos me trastoca.

 

Déjame y déjate olvidar
sobre lo que cobardemente nos atormenta,

y cada vez que guardas tu voz
despiertas misterio de tu sublime alevosía.

 

 

 

 


 

 

 

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