Una carta de Amor sin dueño.
Sigilosamente hurgando entre mis cosas,
encontraste esa carta.
No sabias existía, tampoco que escribiera,
a alguien tan lejano, ha alguien tan ajeno.
Es una historia larga, como largo es el tiempo,
el se cruzo en mi vida, cuando todo era ciego,
mi palpitar, mis sueños y hasta mis ilusiones
estaban muy dormidas, perdidas en mi cuerpo.
Recuerdo una tarde cuando entre mis temores,
se oyó una voz muy suave, que pronuncio mi nombre;
y al mirarle sabia que de tanto esperarle,
susurraría mi vida, la alegría de encontrarle.
Nos escribimos cartas de Amor sin un pronombre.
Nos hablamos con rimas y lluvias de caricias.
Supimos que lo nuestro sería tan inmenso,
que nada detendría su paso por el cielo.
Lejos? Es cierto estábamos tan lejos.
Pero cada llamada que me hacía,
renacía en mi, el Amor, que por el sentía,
que había crecido como una inmensa hiedra,
trepada a nuestros más ansiados sueños.
Un día sin motivos, nunca más volví a verlo.
Ni llamo. Ni me dijo que todo terminaría.
Solo quede colgada de un abismal silencio,
donde el recuerdo es hoy ,
una carta de Amor sin dueño.
Teresa Suárez
03/09/13