…Al final de la jornada, sólo te espera quien te ama de verdad
y te das cuenta que, en nombre de la nada, has cometido tantos errores,
comienzas a pensar ¿Habrá valido la pena buscar lo que no se me ha perdido?
Y, finalmente haces una mueca parecida a la desolación.
Al final de la jornada, sólo te espera quien ha sido tu fiel compañera,
quien puso cada granito de tu castillo de arena,
quien no opuso resistencia cuando le robaste el primer beso,
quien afirma que contigo, todo es un preciado momento.
Al final de la jornada, sólo está sentada a tu costado, quien apostó por ti y no miró para ningún lado,
quien, sin tú saberlo, pregona tu nombre y te construye sendas en el pecho,
quien, a pesar de haber llorado tanto, sabe secarse las lágrimas y refrescarte el alma,
quien te visita en el olvido y con un beso, te vuelve calma.
Al final de la jornada, sólo te espera quien no te falla
y tú te das cuenta que es el momento de pedirle perdón,
te acercas a su alcoba con doce rosas y un corazón dolido y agitado
y sientes que el amor es una secuencia de tiempo y sentimiento y que todo eso te ha marcado.
Al final de la jornada siempre te espera, quien da todo por ti y a veces pierde,
pero siempre te tiene preparada la cena, sin importar si ese día…Es viernes.
Ricardo Felipe
Un soñador sin mucha estirpe