Yo soy tu mounstro, el que se esconde bajo tu temple de porcelana y la sonrisa amigable.
La náusea que yace entretejida en tu mente, la vileza que desprecias con todas tus fuerzas, eso soy.
Emerjo cuando todas las preguntas han sido agotadas y las respuestas no llevan a nada, soy la persona tras el espectáculo.
¿Eres el recipiente donde yace mi esencia? ¿O somos la esencia en un recipiente compartido?
Mi rostro es exactamente la mitad del tuyo, carezco de sentimientos puesto que solo soy el reflejo de tu propio vacío.
Observa bien lo que soy, porque eso eres tú.