No importan los géneros, le sucede lo mismo a los dos
cuando llegan al punto alto, donde deben dirigir
en la cabecera de mesa, el trono o el despacho de gerencia
desde el primer día encuentran dos vasos que deben elegir
Uno se bebe de un sorbo, que transforma al que recibe su elixir
cambia su tono de voz y empieza a sacar uñas de felino
mira a la gente sin pestañear queriendo electrizarle el alma
aunque hable en tono suave y te sonría no es posible creerle
y de oír lo que los otros piensan, no se diga, esto es tema de fondo
sólo vale la opinión que se parece a la suya, las demás las desconfía
El otro sólo se bebe en gotas, una sola al empezar el día
o cuando es necesario reorientar unos pasos que se han perdido
del camino que se trazó para que entre todos lleguemos a la meta
Son los vasos invisibles del poder, que dispone el que manda
algo así como los árboles de frutos distintos,que tuvimos en Edén,
¿Cuál elige el nuevo que llegó en el puesto? Se sabe en pocos días
cuando empieza a abrirse brecha entre pueblo y mandatario.