TRISTE NOCHE DE INVIERNO
La lluvia llora en los techos
mojando la nostalgia
con sus gélidos besos…
risas en los hogares de caras adoquinadas en olvido,
la oquedad de caridades superfluas,
y en callejones de frío
transitan los transeúntes de un perdido ensueño.
Parece ser que la luna siempre le acuerda sus noches,
pocas veces les sonríe la claridad del lucero/
tiritan, tiritan pieles en los rincones del alba,
y huellas que fueron auras sólo vagan en la estancia.
El viento trae en sus quejas,
el crujir de su silencio,
en las aceras del tren… allí reposan sin verbo.
Una frazada de abrigo anhelaron en su cuerpos/
en contrario recibieron el martirio del desprecio.
Cruda es la realidad, como amargo es saberlo…
saber lo que muchos pasan
en tristes noches de invierno,
en las que el hambre es de nidos,
y las ansias son de un techo…
y miles como hojarasca son llevados por el tiempo,
pasan como la hoja errante,
pasan como un simple cuento,
viendo las manos cruzadas de aquellos que no quisieron
hacerle caso a la vida ni escuchar el noble acento,
de esos rostros de miseria…
la indiferencia de ellos.
La luna aun llena de intrigas
las penumbras no se ciernen
y el viento sopla con pena
porque nadie se conduele
.
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