“HOY, QUE YA SOY VIEJO”
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Hoy que ya soy un día algo más viejo
y quedando horas menos de mi vida,
hoy me atrevo a pedirte por mi herida,
herido el corazón, tan triste, añejo.
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El brillo de tus ojos fiel reflejo
y ensalmo de esta sangre ya perdida,
que muere por la tuya ya rendida
y no acepta vivir de tu consejo.
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No quiere, lo rechaza con desganas,
aunque sabe que debe recogerlo,
pues quedan por vivir muchas mañanas.
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Y es que en tu alma quisiera yo perderlo,
regalarlo al tañer de tus campanas
y que sus sones quieran protegerlo.
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Jamás compadecerlo,
es pues la pena mala compañía,
tan mala que me mata en cobardía.
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Carles C. 05/VIII/2013