Siempre que escondes esa mirada inocente de doncella primaveral, llenando de amor todo lo que te rodea, pero que inmediatamente se apodera de ti el miedo y funges el ceño para terminar paseándote por mi balcón.
Como robando la quietud de mi tranquilidad sin saber cómo es que te envuelves entre tantos torbellinos y deseos.
Por qué tu caminar termina empujándote hasta mí, con tan solo parpadear los sucesos, desgarradores se vuelve agua tibia el pensamiento y te deja al descubierto. sin adivinar cuál será el final.
Tú que no has probado el arte de seducir al otro, disimulas al andar el desliz, que escondes y quedas a solas en tu mundo por así hay muy poco de ti, solo sombras resplandecientes sin tocar el atuendo que posee el pecado original que te baña de sudor con las frescas brisas costeñas.
Y lo ve pasar como si nada te recordara l envestida tonificante que envuelve tu alma al no poder tocar el aliento con tus suaves palabras de ángel negro llegado del cielo y cubriéndote toda tu inocencia.
Luigy