Siento el sabor amargo
de la vida y del amor,
pero me endulza el saber,
que en verdad cada mañana
amanecerá, como amanece
cada día al despertar en claridad,
cruzando la oscuridad,
de la noche y de los pensamientos,
que como viento en tempestad,
cubre parte mi adentro,
entorpeciendo el tacto de mi amor,
de mi cuerpo y de mis sentimientos,
del sabor amargo que a veces siento
entre mis labios, sin querer saborearlo...
Y como el azúcar de caña,
de amor quiero endulzarme
en la vida a cada instante,
de cada ser viviente,
de cada flor naciente,
sin saber si mañana
existira una vacante,
que no supo amar,
por no mirar que el amor
también es olvidar,
el mundo en horizonte,
y ser la imagen de el gigante
de tu mirada y de tu adentro,
sabiendo que al final,
somos nosotros los ocupantes
de cada camino errante,
que de amor nos endulzara en calma,
o nos amargara la esperanza del alma,
en la esencia completa de amar
del cielo y de la tierra...
Autora: Lucia Pastor
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