No creía, no pensaba,
que existiese el amor.
Era cínica e incrédula,
yo vagaba sin pasión.
Vivía sin entregarme,
sin un asomo de ardor,
era fría como el hielo,
dura de corazón.
Solo conocía de celos
por orgullo o posesión
Nada podía herirme,
“amaba” con la razón.
Te cruzaste en mi camino,
fue el azar, no mi elección,
me lanzaste un sortilegio,
como un brujo seductor.
Y ahora soy una loca,
que escribe versos, de calor,
ríe por cualquier cosa,
llora sin explicación.
Te lo agradezco mi Vido,
soy un humano mejor