Siempre hemos buscado la ternura,
En la tierra de los hombres y criaturas,
Sin embargo dónde se encuentra dulzura,
Es en los animales, pues no son caricaturas.
Quienes mejor protegen a sus retoños,
Les dan cobijo, alimento y libertad.
Aunque sea de la clase de carroños,
Desde luego les sobra la afectividad.
Lucharán hasta la muerte o saciedad.
No importa tamaño, fuerza o rivalidad,
Lo que está en juego, para su sociedad,
Es el amor, y sobretodo, la fraternidad.
Por eso digo y me incluyo, humanos, cambiad,
Imitemos a los animales, con toda su humildad,
Porque a veces tenemos que bajar planos,
E intentar, con eso, ser un poco más humanos…