Mirada profunda y penetrante.
Invasiva hasta el extremo
con la desnudez de mi alma.
Araña sangrante los pilares
del pálpito de mi existencia.
Penetrando fugaz en mis arterias,
con cada una de mis vivencias.
El miedo al agrio dolor
clausura mi corazón coraza.
Al alba ya añoro tu recuerdo
tras el helor de mi piel descubro
que no quiero hoy levantarme,
si no hallo en ello tu presencia.
No quiero seguir anclada a esta vida.
Si no hay sangre cálida que saborear.
Si no hay brisa fresca que acariciar.
Desnuda de alma y cuerpo
sigo aguardándote en silencio
dolida por tu inquietante ausencia
Con sentimientos en tinta
escribo versos en la oscuridad.
Latiendo en cada sueño ansiado.
Sintiendo a cada paso dado
contra el asfalto gris,
el repique triste de mis ojos.
Ya cansados de no saborear
el resquicio de luz que los aviva.