No sé los versos, no sé la bruma, espeso el corazón se detuvo en un mar de miel. Te quitaste la ropa y el ensueño fue tu aroma, eras viento, eras viento, viento y fuego. Me bebí tu cuello y los senderos de tus venas y así me volví en tí, tú me convertiste en tí.
Shalom Ferrin