Hermosos ángeles del cielo, venid en mi ayuda
Hermosos ángeles del cielo,
que viven entre purezas,
y alejados,
de las vilezas de los mortales..
Porque no descienden a mi suelo,
y protegen a mi alma descalza,
que sufre la cruel tortura,
que me impone la prudencia.
Oh! Elevados querubines,
desplieguen sus blancas alas
y venid urgente a mi encuentro,
porque ya no me queda voz,
de tanto gritar en silencio.
Venid con premura,
a sacarme
de este laberinto de cautelas,
porque el enemigo acecha,
los amigos desertan.
para irse tras las sombras
y me voy quedando solo,
mientras el vil fuego del infierno,
lo devora todo.