Me fascina cuando del cielo surge
El agua que alimenta
Al río desmayado que resurge
Y su vertiente alienta
Al terco labrador que a la tierra ara.
Los diques atesoran
El líquido vital, el agua clara.
Y las plantas afloran.
Lágrimas níveas son del firmamento
La lluvia que a torrente
Cae, ternura, y disfruto avariento
Cual si fuera demente.