Sembré amor por los caminos
mientras arrastraba mis pasos,
se que el amor cuando es genuino
germina siempre sin fracaso.
Lo fui regando con mis sueños,
lo fui podando con mis ansias,
y aunque sea grande o pequeño
es un amor para el mañana.
Quiero que en tiempo de cosecha
todos amorosos recojamos
ese amor con entereza
porque así mismo lo sembramos.
Ven, siembra conmigo,
ayúdame en esta bella tarea,
que si llenamos de amor el camino
el camino de flores se bordea.
Ven, siembra conmigo
y verás lo hermoso que es;
cuando hay amor en el camino
se llenan de perfume nuestros pies.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo, Venezuela