Cuán difícil saberte,
cuanto llora mi soledad
borracha por tenerte;
impiedosa voluntad
que me constriñe
la gran pizarra de la vida
plasma tu nombre
en cada pared que convida,
al recuerdo salobre
con crines orlados del mar
tal apoplejía que ronda y tiñe
con tinta sangre del corazón
las letras negarán la razón
al dislate apocalíptico
que me precede.
¡Saberte!...saberte
no es la rendición
de los disparates que atropellan
ni serán las olas que se estrellan
por el cataclismo final al perderte.
Julio2013