…a veces me pregunto… ¿cómo llegó a mis manos tu recuerdo? Tú la que no estás la que imagino sombra entre mi labio enmudecido -callejón sin salida- amiga en mi silencio amante de mi noche cobíjame un momento mientras duermo. Mi poesía eres tú -a la que escribo- por la que pienso por la que extirpo mi aliento… dejo mi huella en la calle cuando paso (cómo un neumático gastado por los años) Qué triste es pensarte mientras escurre la saliva por mi labio como un beso que se ahoga en el sollozo de un pasado. Por eso me cuestiono… ¿por qué he de recordarte? Si eres un ayer enmohecido.