El amor es más amor,
si esa ninfa primorosa
que vuela entre rosa y rosa
tropieza en alguna espina
y una lagrima divina
resbala y crea dolor.
El amor es traicionero,
un ¡te quiero y no te quiero!,
es, pues, un brindis al sol,
se pasa del agua al vino,
¡no me importas un comino!
o ¡guardame en tu formol!.
Es un canto a la alegría
es ¡quiereme vida mia
pues que yo sin ti me muero!;
es dolor si es traicionero,
¡guardate tu tu dinero
que yo no lo necesito!,
-más esperate un poquito
no se me vea el plumero-.
El amor, ¡oh,el amor!
qué falta que se haya dicho.
Es química, ¡qué dolor!,
¿Dónde está el romanticismo
por el qué Larra en su autismo
tomó aquella decisión?
No tengo una explicación
preguntenle a alguien más listo.