cierta ocasión
Descubrí de repente
Salí de mi casa a la avenida
Preguntando a mí
si amor ya no había
y en la ruta de mi camino
Podre encontrar cosas buenas
Con una impresión entristecida
Que la gente con rostros vacios
Corazones duros
Eran suplantados
Por resentimientos de cólera y de ira
En qué momento falleció el amor?
Quien lo habrá matado?
Si algo en mi murió
Fue la idea de ser amado
Tuve que quitarme la mordaz
y la maldita venda
Para poder mirar
Corazones rotos y miradas inciertas
no cabe duda que en la desdicha amarga
la muerte nos llama
a portar eslabones de una maldita condena
y ya cansado de mi camino
me senté en un asiento frio
Viendo jugar a unos niños
quizá del todo el día
que anduve con una cara profana
vino a mí una flor llamada Anna
que entre sus manos me enseño un jazmín
y yo algo serio y ella lozana le recibí la flor
y ahí comprendí muchas cosas
que la belleza de la vida
no consiste en necesidades tontas
si no en la simplicidad de la vida
como ver la aurora
o el alba que es hermosa
o el trinar del ave
que nos despierta
al comienza del día
después de mi paseo por lima
solo entendí una cosa
que somos carceleros
de nuestra propia agonía