Àmame ahora, que aùn estoy pura,
porque de las aguas salobres
ya probè la amargura, sentì
la infinita, la insaciable locura
de envolverme en su capa
de extraña aventura.
Àmame ahora, que estoy sola de cielos
con mis pàjaros adormecidos en sus vuelos,
sin la tètrica sombra de sus desvelos,
que ha mi cerebro encienden con sus anhelos.
Àmame ahora, que aùn es tiempo
y que tengo rica ofrenda en la mano.
No esperes que vòrtices, ahoguen lo humano,
irremediablemente en su profundo pantano.