Es de noche, y la fuerza del viento me lleva hacia las sombras.
La Luna y Venus brillan juntas en el aquí y ahora.
Siento el calor de tu matriz, adentrándose en la mía,
Una calidez intensa, me acerca melodías.
Como un árbol, permanezco, intacta, con mi cabello, siendo mecido por tu soplido.
Un remolino de filamentos, se da a mi encuentro, alcanzándome los tejidos de tus hilos.
Mi cuerpo íntegro, comprende, lo sublime de tu susurro estridente.
Sos el misterio, que se entrega, a los guerreros,
en esta oscuridad, que corrompe, el velo del miedo.
Con el amor como fuerza, me voy a las estrellas.
Y así, saco mi tambor y danzo,
Me muevo por los pastos cosquilleantes,
con los pies desnudos a la pureza del aire.
Es de noche, y la historia se hace bruma,
los grillos y luciérnagas,
hablan sobre mi conexión con la Luna.
Tengo el poder de dirigirme hacia el cielo,
con tus comandos, manejando mi vuelo.
En mi presencia hay algo que antes no notaba,
los puntos cardinales de un sagrado diagrama.
Mi energía salvaje, actúa, acechándo,
los espíritus de la naturaleza,
dejando atrás lo que ya no pesa.
Es de noche, y mis ojos encienden el fuego,
soy ágil y veloz,
para no quedarme estancada en el ego.
No dejo de deslizarme,
por la tierra húmeda,
que me hace evaporarme,
al compás de mi vientre.
Una espiral, forma mi baile,
y tras extasiarme,
Me acomoda entre las plantas,
para oír los mensajes,
detrás de las palabras.
Mi mirada cambió,
mis ojos observaron,
lo que el hombre no miró.
Es de noche,
y elevando la vista al cielo azul,
puedo ver que la Luna y Venus,
me tienen hoy a su lado,
como un círculo de luz.