Cuando la juventud en mi se desbordaba,
los confines de la tierra se me hacían esquinas;
sin miedo la tierra transitaba,
y hasta descalzo caminaba en las espinas.
A hoy,ya mi cabello es casi todo blanco;
y mi corazón ya no es tan temerario;
cualquier zanja la veo como un barranco,
y el descanzar se me hace necesario.
Ya no soy aquél valiente,joven,guapo,
y el tiempo lo siento mas pesado,
y no quiero ni pensar a donde me dirijo.
A veces a la soledad me escapo,
para pensar en la vida que he llevado,
y percibo que me faltó,ser mejor hijo.
Autor:Bernardo Arzate