Tristeza, en rímel de inocencia a veces tus pupilas semejan a las místicas iglesias que... –como a un cadáver– anidan en vitrales, un ballet de torcas inmoladas de la nada donde el alma suele crismar lo irremediable. Otras, te me pareces a una doliente doncella de la luna en ansias de danzar a media punta, todo vals de insoluto espliego. No muerta del todo, bebo la adversidad desvaída de tu pócima inexorable, que no desflora ni lavándula, ni un pájaro que cante y tú –toda espina– en tul de alas sin regazo, me abrazas, me llevas más oscuro en lo oscuro como un loto desmayado, donde torvos sus caminos enlazan los puñales, murmurando letanías que no oye nadie porque mueren en tus labios fantasmales. Aunque aciago mi destino, sonríe y aparta ya tu rostro empolvado en cenizas del crepúsculo... has como si no nos hubiéramos conocido, como si hubieses sido sólo un vahído. Duele –día a día– morir espigo de tu hierba, y ya que sufrir me ves... migra como suele hacerlo la gacela o quizás el encabritado corcel a ese abismo diademado de suicidio donde reinas, cual Musmé y... apaga su cirio encintado de violetas donde presas, agonizan mis ganas de vivir.
TRISTEZA
(Prosa Poética)
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso
Bogotá D. C. Colombia.