Vos ya lo sabes.
He dejado de tarea al día
-que son todos los días-
el hecho informarme lo que pasa con vos.
Si llovió fue la nostalgia del recuerdo
ecuánime
taciturno
que olvidó abrigarse de prudencia.
Si aclara el panorama
es seguramente porque vos
has sonreído o le has hecho gracia al tiempo:
con una de esas miradas
que buscan alquiler
en los senderos del alma.
o puede ser que vos
frunciste el ceño al cielo
y éste sintió lo que yo:
fuego.
Es posible que vos hayas
extraviado lo que sientes
y medio confuso -el día-
por una de esas dudas que te asaltan
se haga entre uno que otro chubasco
un refugio al sentimiento.
Y si truena es señal que estás molesta
y si el viento desespera acelerando el rumbo
posiblemente vos te hayas cansado de cargar
la porción de vida que nos toca
sobre tu espalda.
Yo no sé si el día
-que son todos los días-
hagan con juicio su tarea.
Pero estoy seguro
casi diría con plenitud
que estoy seguro
que vos sabes:
el primer rayo de sol
el primer soplo de viento
la primera gota de lluvia
la primera furia del trueno
la primera agitación del viento
la primera confusión del chubasco
son un recordatorio de que yo,
a unos cuantos kilómetros de lejanía
he recibido a tiempo la tarea
que vos le has encomendado al día
-que son todos los días-