No me eches de menos
pues siempre estoy en ti,
en cada suspiro y latido
del corazón de un colibrí
Que en cada golpe de olas,
estrépito de todas las piedras
que en cada vuelo de los vientos
y los tiempos de deshoras,
que también en la miel pura que elaboran
las obreras voladoras, que plena con su zumbido
los campos derretidos en los finales de Abril.
Estoy allí, donde me dejaste,
donde pusiste la alforja de mis recuerdos
en cada gota de agua que bebes y te moja
en cada lagrima y lamento del no verme ahora…
pero no te angusties ni constriñes por ausencias
estoy ahí dentro, donde me dejaste
para tomarme cuando quieras
e iluminar en un chasquido el follaje de tu riberas.
Sept. 2013