Plasmo en mi fe, el sentido de mi vida
y en Dios, un pedido de consuelo,
Siento el ardor de la injuria en mis besos
y en mi alma un vacío, en mi ser un anhelo.
Como gota de rocío me sumerjo,
en las plegarias de mi noche altiva,
Y la culpa del humano me carcome,
y el mi error se vuelve puño en mi carisma.