Me dices constantemente:
el día que este viejo y ya no sea el mismo,
me dejarás.
Te digo una vez más:
cuando ese día llegue tendré la misma paciencia de hoy
el mismo amor de siempre.
Te daré todo el tiempo necesario, y estaré a tu lado porque,
eres mi sol, mi luna y mi cielo,
te amo y eso no cambiará con el tiempo.
Aunque ya ni nombre recuerdes alli estaré para llenarte de besos.
Aunque para tí la mujer que está a tu lado no sea aquella doncella de la que te enamoraste,
firme estaré como un roble y de tu lado no me moveré.
Te digo también que cuando ambos estemos cansados de tanto andar
y ya no vivamos sino sobrevivamos,
no me pondré triste porque te he dado mi corazón entero y se que tú me has dado el tuyo.