Enrico Sanguinetti

Amada mía, no te vayas

Amada mía, escucha el silencio

que ocultó el poniente, e hizo de la tarde

aire fresco que no acaba

noche de luna con venus

cielo de este sur que te extraña

 

Amada mía, no te vayas

no dejes mi corazón, sin paciencia ni flechas

sin un camino largo de tu sombra inmensa

porque es mi boca, que sabe a uvas

la que te llama y llora

 

Amor, amada mía ...

escucha el silencio, no me dejes

porque esta noche, como la primera

yo soy el que te espera, paciente y ebrio

con un ramo de jazmines rojos para tu lecho